Fluir con la vida es ser capaces de sentir una experiencia placentera, a pesar de las dificultades o el cansancio. Esta definición es tomada del sitio web loca sabiduría, y agrega, la felicidad no surge al azar, sino que es algo que se cultiva.
La vida, en diversas ocasiones nos pone frente a momentos complejos y con ellos muchas veces llega la frustración, el desasosiego y la sensación aparente de que perdemos el control, cuando en realidad éste únicamente está en manos Dios, de la Divinidad.
Fluye como el agua
El agua no se resiste, no se estanca, el agua fluye, todo es perfecto tal cual es, aún y cuando no lo entendamos a la inmediatez, como dice la biblia “También sabemos que Dios dispone las cosas para bien de los que lo aman, a quienes Él ha escogido y llamado” (Rom 8:20).
Resistirnos nos lastima, se gastan fuerzas y energías en situaciones o personas que no podemos cambiar, pero lo cierto es que las cosas son tal cual son, aquí y ahora, y depende de nosotros tomar las lecciones que trae consigo cada problema, permitiendo que ellas nos ayuden a crecer, a evolucionar, a ser más empáticos y mejores seres humanos.
Es importante no tener una actitud activa ante todos y cada uno de los acontecimientos de nuestra vida, ponernos en marcha como el agua que nunca se estanca, a pesar de los obstáculos que pueda encontrar en su camino.
Confianza, fortaleza y fe para fluir
Fluir no es solamente esperar que las cosas pasen, sino también hacer que las cosas sucedan, como lo refiere Ismael Cala: “fluir es una filosofía de liderazgo”. Poner energía, confianza y acción en todo aquello que sí podemos modificar, la actitud con la que asumimos las dificultades y la valentía para seguir adelante a pesar de todo.
La fortaleza y la fe son indispensable para fluir, pues, aunque a veces nos sentimos solos, no es así, siempre estamos acompañados y sostenidos por Dios.
Fluir con la maravillosa existencia, como la sabia naturaleza y sus ciclos, como cada amanecer que tenemos la dicha de presenciar en el Club 5am de Latinoamérica, en el que participo desde octubre de 2021 y que me recuerda que siempre es posible volver a comenzar, aprender a diario y fortalecer mi fe para continuar. Concluyo con la oración de la serenidad que es un regalo de paz, para fluir en todo momento: “Dios concédeme la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia«.
5 respuestas
Bello artículo, felicidades a la escritora bella de mi generación.
Que lindo y edificante artículo
Felicidades Olguita, eres una mujer espectacular! Dios te proteja siempre!
Muy buen articulo, gracias Olga.
Qué hermosa conversación escrita que invita a una profunda autoreflexión. ¡Felicitaciones Olguita!