Compasión: estar para el otro

La vida cotidiana viene cargada de muchas situaciones que nos hacen vivir emociones y sentimientos como el dolor y el sufrimiento.

El Diccionario de la Lengua Española (DEL) define Compasión como un sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien. Para tener compasión es necesario sentir empatía ante la situación del otro y buscar una solución al sufrimiento de este.

Tener compasión no es lo mismo que sentir pena. Sentir pena está relacionado con hacer juicios, por lo tanto, debemos entender que la compasión es una expresión de amor que aparece junto con el bienestar, la calma, la claridad y la paz.

La compasión es una virtud que debemos cultivar, prestando atención a los demás, primero trabajado nuestra interioridad para que el ego no nos domine. El dolor ajeno nos permite abrirnos a un mundo de servicio, lleno de generosidad, que no sea efímero, sino de manera constante.

Los principales beneficios de tener compasión son:

  • Desarrollo de la empatía. Ponernos en la piel de otras personas hace que nos identifiquemos con sus sentimientos y que entrenemos esta habilidad.
  • Disminución del egoísmo. Cuando nos preocupamos por los sentimientos ajenos, los nuestros quedan en un segundo plano, nos volvemos menos egoístas.
  • Reducción de la preocupación por cosas poco importantes. Muchas veces nos preocupamos de cosas que no tienen relevancia. Al compadecernos de otros nos damos cuenta de que las cosas por las que nos preocupábamos antes no tienen verdadera importancia. 
  • Aumento de la humildad. Podemos darnos cuenta de que todas las personas tienen defectos y virtudes, incluso nosotros mismos. Mediante la compasión aprendemos a aceptar que no somos perfectos y que todos tenemos limitaciones.
  • Incremento de sentimientos positivos. Con el desarrollo de la compasión también incrementamos otros sentimientos positivos como la bondad, amabilidad, amor, satisfacción, afecto, etc. 

Un ejemplo de compasión reconocido a nivel mundial de es Madre Teresa de Calcuta quien, por su labor humanitaria y sensibilidad ante el dolor de las personas marginadas, enfermos, pobres y personas sin hogar. Ella recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979, y en 1980 el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna (el reconocimiento al servicio de la nación en mayor grado).

La compasión nos hace más felices, aunque preferimos ser los receptores del amor y aprecio de los demás. Quiero cerrar este artículo, con un fragmento de la oración de San Francisco de Asís, “… que no busque ser comprendido, sino comprender, que no busque ser amado, sino amar, porque dando es como recibimos …”

Te invito a que, de manera cotidiana, realices una acción de compasión.

Jorge Hernández

Generación 9

Guatemala

2 respuestas

  1. Increíble ver tanta compasión que hace falta en el mundo y de allí sus males. Muchas gracias Jorge por regalarnos este excelente Blog.