El maestro Lao Tse dijo que “el agua lo vence a todo, porque se adapta a todo” y me encanta traerla siempre a mi vida, porque cada día nos encontramos con situaciones inesperadas que, en muchas ocasiones, desajustan nuestros planes. Todo esto, que no esperábamos puede sorprendernos de manera positiva llenándonos de gozo, certeza, alegría y amor.
Pero en otras ocasiones, si las enfrentamos de forma negativa nos pueden traer angustia, dudas, dolor e incertidumbre. De nosotros depende manejar cada una de estas situaciones con flexibilidad y obtener no solo un resultado positivo, sino también tener mayor conocimiento de lo que no conocemos.
Es habitual, que cuando los cambios alteran tu tranquilidad y te sientes desconcertado o invadido, tu mente se cierra para protegerte, esto es normal, pero también debes recordar que eres fuerte y no te romperás.
El cerebro se rige por modelos de aprender y repetir, economizando el tiempo y requiriendo la inflexibilidad para poder estar cómodo. Por lo tanto, todo aquello que se sale de lo conocido lo resiste. Sin embargo, en lugar de ser cuadrado o rígido, es importante aprender a ser mentalmente flexibles y es de lo que te hablaré en este artículo.
La mente nos persuade seguir viviendo como lo estábamos haciendo hasta ahora con toda su colección de pensamientos, sentimientos y conductas, manteniendo su rutina, porque así asume que habrá menos posibilidades de errar o de enfrentarse a la incertidumbre. Y se olvida de ser flexible y conservar una actitud abierta y dispuesta al cambio si es necesario.
Dicen que un borracho siempre cae parado o sin quebraduras al accidentarse porque es flexible, está tan relajado que a su cuerpo no le es posible quebrarse. Esta analogía nos invita a no desperdiciar el tiempo poniéndonos rígidos mentalmente, estresados, peleando con la situación, lamentando o bloqueándonos.
Por ello, hay que entrenar nuestra mente, con una actitud de aceptación y compromiso, sabiendo que, aunque albergamos muchas creencias, siempre hay un lugar para atender a nuevos conocimientos o experiencias.
A continuación, te comparto algunas maneras para ser más flexible:
- Enfócate en lo positivo, entrega lo que no puedes controlar y confía.
- No debes luchar con el día a día. Acéptalo sin quejarte, por encima de tus sentimientos.
- Quiere, ama y disfruta los cambios. Sentirás tu mundo y tu corazón más livianos.
- Date el permiso de experimentar lo desconocido. Aprovecha cada oportunidad para ser más auténtico y tener plenitud.
- Permítete reconfigurar tus pensamientos y podrás renacer.
- Asume tu realidad con fortaleza apreciando lo bello y lo perfecto.
Recuerda que la serenidad se profundiza tanto como la aceptación aumenta. Es por eso que cada día debes recibirlo con esperanza, fe y abierto a recibir regalos inesperados.