Oír y escuchar no es lo mismo. Mientras oír significa percibir con los oídos los sonidos; escuchar implica prestar atención a lo que se oye, según las definiciones planteadas en el Diccionario de la Lengua Española.
La escucha activa es una herramienta de bienestar personal que nos ayuda a mejorar las relaciones sociales.
El término escucha activa fue planteado en 1957 por los psicólogos estadounidenses Carls Rogers y Richard Farson, quienes la definen como un esfuerzo consciente por entender al interlocutor, es decir, por entender lo que el otro nos dice.
Escuchar activamente es comprometerse con quien nos habla, dejándolo mantener su protagonismo para crear un vínculo sano, generar empatía y crear relaciones duraderas.
Beneficios de la escucha activa:
- Genera una comunicación afectiva.
- Da confianza para expresarse.
- Demuestra que lo que dice es importante.
- Establece un aprendizaje de igualdad.
- Promueve su inteligencia emocional.
- Genera la comunicación no verbal y/o empatía.
- Enseña a relacionarse con calma y serenidad.
- Ayuda para la concentración en la conversación.
Cómo practicar la escucha activa:
- Privacidad. Si alguien quiere hablar sobre algo importante para ella, debemos buscar un lugar tranquilo en el que esa persona se sienta segura y confiada.
- Evite elementos distractores como radios, televisores, celular. Evite hacer otras cosas mientras escucha.
- Preste atención a lo que la otra persona dice y evite interrumpir o juzgar lo que la otra persona dice.
- Demuestre que escucha, ya sea asintiendo con la cabeza o emitiendo palabras como, ‘continúe’, ‘le escucho’, por ejemplo.
Marco Aurelio, emperador romano del año 161 d.C. dijo “acostúmbrate a prestar atención a lo que dice otra persona y, en la medida de lo posible, procura entrar en su mente. Por lo general, primero hay que aprender muchas cosas antes de poder juzgar la acción de otro con conocimiento”. Este pensamiento nos resuena, dado que la mayor parte del tiempo cuando estamos en una conversación en lugar de escuchar, estamos oyendo y preparando las posibles respuestas desde nuestra experiencia o vivencias, y probablemente juzgando, cuando lo que se espera es que los escuchemos en silencio.
¿Sabes que ser escucha activa es un acto de empatía? Solo por el hecho de no juzgar mientras alguien nos habla, no interrumpir, prestar atención a los detalles y demostrar lo importante que es la persona, estamos realizando una buena acción.
Te invitamos que cada día practiquemos un acto de empatía, siendo escuchas activas, seguramente tendrás las mejores experiencias.