La primera vez que escuché la palabra perseverancia fue cuando era niña, no sabía su significado,
pero si comprendí lo importante que era y sobre todo como iba a ser clave para alcanzar mis
propósitos. Recuerdo como si fuese hoy, a mi papito (abuelo materno) contarme la historia de
Beethoven … “aun cuando él no poseía un gran talento innato, ser víctima de maltrato por parte de
su padre y no ser un gran alumno en la escuela, no fueron razones suficientes para doblegar su
ímpetu”. Gracias a su tenacidad y paciencia, hoy es considerado uno de compositores más
importantes de la historia.
La palabra “perseverancia” procede etimológicamente, de la palabra latina perseverantia que
significa constancia, tesón o firmeza. Se percibe que una persona es perseverante cuando hace
hincapié en el cumplimiento de unos objetivos, muchas veces definidos por nosotros mismos.
Actualmente, las personas viven y disfrutan del consumismo y la inmediatez, el tema de perseverar
en función de mejorar es solo una utopía, que en el mejor de los casos suele pasar desapercibido.
Ambicionamos resultados y los queremos ahora mismo, por lo que cuando se nos propone un reto
mayor o que demanda de un esfuerzo superior, nuestra primera respuesta será intentarlo, pero
renunciar cuando surge una adversidad o conformarnos con resultados a medias y sin calidad.
Ciertamente no todos somos así, ni quiere decir que el que deja algo a medias lo vaya a hacer con
todo lo que se cruce en su camino.
Los seres humanos tenemos capacidades asombrosas que siguen impresionando a la sociedad día a
día. A lo largo de su historia ha demostrado que se puede superar los límites de cuerpo y mente, que
cuando se trabaja con convicción se puede transformar al mundo y es que nuestro tránsito por este
mundo muchas veces es una carrera de obstáculos que todos debemos superar.
Han escuchado o leído la famosa frase de Benjamin Franklin que “un camino de mil millas
comienza con un paso” y yo la considero un mantra, porque para cada propósito u objetivo de vida
que tengo, debo dar el primer paso; traigo a mi memoria que uno de mis sueños era bailar flamenco,
en el Teatro Nacional Rubén Darío, y tenía tan solo 5 años, y lo logré, no solo una vez, sino varias
veces, para ello no falté un solo día a clases, practicaba los pasos y sones de las castañuelas, fui
disciplinada, apasionada y no me di por vencida cuando un paso no salía, la perseverancia fue la
clave.
En este año 2022 quiero invitarte a ser una persona perseverante, y verás cuantas montañas podrás
conquistar. Por ello comparto contigo algunos pasos para lograrlo:
- Conócete a ti mismo.
- Mantén la perspectiva.
- Conserva tu objetivo a la vista.
- Ve un paso por adelante.
- Crea rutinas para las tareas que se repiten.
- Te aseguro que todo marchará bien.