El orden es la armonía de la vida

El Diccionario de la Lengua Española, indica que orden significa -entre otras acepciones-: Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Regla o modo que se observa para hacer las cosas. Podríamos definir entonces, orden como un movimiento normal de las cosas cuando nuestras ideas se reflejan en nuestras acciones.

Nuestra capacidad para organizar nuestro pensamiento determina cuán armoniosos somos. Por ejemplo, una casa ordenada o relaciones de alto funcionamiento podrían lograrse cuando nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre nuestra vida diaria.

Para David Allen, consultor e instructor de productividad y creador de Getting Things Done (Organízate con Eficacia), un método de productividad personal, indica que muchas veces no podemos organizarnos porque tenemos algo en la cabeza que quisiéramos que fuese diferente, pero no definimos cuál es el resultado que deseamos ni cuál será la próxima medida material que debemos tomar, y/o no contamos con un sistema confiable donde poner recordatorios de las medidas y los resultados que esperamos obtener con estas.

¿Cómo el Club 5AM de Latinoamérica nos ayuda a establecer orden?

Con rutinas en cada amanecer; una de las técnicas que me ha funcionado es, a través de la meditación, iniciar el día con serenidad y disciplina, lo defino que es importante para mi y creo las estrategias para lograr los objetivos como profesional, padre y socio.

Ser organizados nos hace “ser más eficientes y ver las cosas con más perspectiva y claridad. Nos hace sentir que sujetamos las riendas de nuestro tiempo”, explica la psicóloga Graziano e indica que el desorden nos hace ir más lentos, perder la perspectiva y tener menos claridad y perspectiva. Crea confusión y la sensación de que no controlamos nuestro tiempo ni nuestro entorno, sino que este es absorbido por las circunstancias.

Para ser más organizados y tener una mejor gestión del tiempo podemos definir un método que se adapte a nuestras necesidades, a continuación, presentamos algunas propuestas para lograrlo, que fueron tomadas de los planteamientos tanto de Graziano como de Allen:

  • Revisa tu día a día y evita la “multitarea” y las distracciones. Nuestro cerebro no es capaz concentrarse, sino que salta de una cosa a otra.
  • Diferencia lo urgente de lo importante. Define cuáles son las cosas verdaderamente importantes e incorpóralas a tu planificación para no desatenderlas.
  • Planifica lo que vas a hacer, utiliza una agenda, un planificador o una de las herramientas que pone a tu disposición el mundo digital. Hay multitud de opciones para incorporar este hábito a tu día a día, y métodos que te ayudan a optimizarlo.
  • Revisa diario y semanalmente las tareas programadas así sabrás cuánto tiempo tienes para centrarte en tus proyectos y manejarás mejor los imprevistos.
  • Ten claro hacia dónde quieres ir y a qué objetivos te acercan tus acciones. Si informas a tu sistema de lo que quieres hacer, o no, le será mucho más sencillo prestar atención a cada momento.
  • Planifícate sin apego: sé consciente de que tú haces posible que las cosas sucedan, pero sé flexible.

Ana Leonor Paiz

Generación 1

Nicaragua